Esponja de Konjac

La esponja de konjac se popularizó como un complemento para la rutina de belleza, debido a sus fibras, es idónea para exfoliar la piel y remover las células muertas.
Tiene una composición de 95 % de agua y lo demás son minerales. De su raíz se sacan las esponjas. 
 
La textura de la esponja de konjac es seca, áspera y rugosa.
Para emplearla, en primer lugar, debemos remojarla con agua templada para que ablande y suavice. Tras hacer esto, se hidratara y sus fibras absorberan la cantidad suficiente de agua. Una vez hecho esto, vamos a frotar el rostro u otras zonas de la piel con la esponja, mediante suaves movimientos circulares. No es necesario añadir nada, ni productos ni jabones. Por sí sola, esta consigue eliminar las impurezas que hay en la superficie cutánea para dejar los poros limpios. 
La esponja de Konjac ayuda a mejorar la circulación sanguínea, eliminar la piel muerta, ayuda a eliminar las impurezas que obstruyen los poros, mantienen la alcalinidad de la piel. Adecuado para todas las pieles.
 
En caso de tener maquillaje puesto, debemos retirarlo antes de iniciar el tratamiento. De este modo, la esponja podrá cumplir su función sin problema y estará limpia por más tiempo.